¿Quieres que tus mensajes impacten de verdad? ¡Personalízalos! (el cerebro lo agradecerá)
En mis años como consultor he aprendido que muchas veces no falla el mensaje, sino cómo lo lanzamos. ¿Te ha pasado? Preparas una presentación brillante o una campaña con datos sólidos, pero no cala. Y todo porque el mensaje, aunque correcto, no conecta emocionalmente con quien lo recibe. Eso lo confirma la neurociencia y en especial la neurocomunicación.
Uno de los hallazgos más fascinantes de los últimos años es este: los mensajes personalizados se graban mejor en la memoria que los genéricos. Y no lo digo yo. Lo dicen los escáneres cerebrales.
El caso de Juan y su adicción al chocolate
Déjame contarte una historia que uso en muchas formaciones. Juan era un joven que comía chocolate como si no hubiera un mañana, sobre todo cuando estaba estresado. Los investigadores podrían haberle dicho: “Evita el chocolate, no es saludable”, como hacen tantos folletos médicos. Pero hicieron algo mucho más inteligente: personalizaron el mensaje. Le dijeron:
"Juan, el chocolate que comes en momentos de estrés podría reemplazarse por frutos secos, aguacate o cítricos".
Este simple cambio fue parte de un experimento dirigido por los investigadores Casado-Aranda, Sánchez-Fernández y Bastida, publicado en Scientific Reports (ver estudio). Reclutaron a 29 personas con malos hábitos alimenticios y analizaron cómo reaccionaban sus cerebros ante mensajes genéricos y personalizados.
¿Qué revelaron los escáneres cerebrales?
Cuando Juan y los demás leyeron mensajes personalizados, su hipocampo —una estructura clave para la memoria— se iluminó como árbol de Navidad. Y no solo eso: al recordar los mensajes, otras zonas cerebrales implicadas en la recuperación de memoria, como el precúneo y la corteza prefrontal ventromedial, también mostraron mayor actividad.
Es decir, los mensajes hechos a medida no solo se graban mejor, sino que se recuerdan mejor.
En mi libro Neurociencia Empresarial profundizo en este tipo de hallazgos y cómo aplicarlos en liderazgo, marketing o ventas. La clave está en adaptar los estímulos a cómo funciona realmente el cerebro, no a cómo creemos que debería funcionar.
¿Por qué la personalización es tan poderosa?
Porque nuestro cerebro está programado para dar prioridad a lo que considera relevante y cercano. Si recibimos un mensaje que menciona nuestras rutinas, nuestros errores o incluso nuestro nombre, se activa una red neuronal que vincula el contenido con recuerdos y emociones propias. Y eso multiplica la probabilidad de recordarlo.
¿Sabes cuál fue la sorpresa en este estudio? Que los mensajes genéricos, aunque fueran veraces, como “Las verduras son una fuente de vitaminas”, no solo se recordaban menos, sino que incluso generaban actividad negativa en las zonas de la memoria.
El cerebro básicamente decía: “esto no va conmigo”.
Aplicaciones prácticas (que yo he usado en empresas)
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Emails con impacto
Si haces email marketing, olvida el típico “Hola, Luis. Mira nuestros nuevos productos”. Cambia por algo como:
“Luis, como compraste un libro sobre liderazgo, aquí tienes una guía para mejorar tu comunicación con el equipo”.
Esto no es sólo CRM. Es neuroeficiencia comunicativa. -
Notificaciones útiles
¿Trabajas con apps o wearables? Mejor que un aviso genérico de “bebe más agua” sería algo tipo:
“Sueles estar más estresado a las 15:00. Prueba con esta respiración guiada de 2 minutos”. -
Formación personalizada
En una empresa donde hice consultoría, aplicamos este principio en la formación interna. En lugar de cursos masivos de habilidades blandas, ofrecimos contenidos adaptados a los retos de cada equipo. ¿El resultado? Mayor participación y recuerdo de los aprendizajes clave.
¿Y si la personalización falla?
Buena pregunta. Porque no siempre funciona. Si el receptor no está preparado para cambiar, ni el mensaje más afinado surtirá efecto. Además, si no tienes buenos datos, puedes acabar con una personalización forzada y artificial, que resulta incluso molesta.
Por eso, es importante usar la información de forma ética, útil y centrada en el usuario.
6 consejos para crear mensajes memorables
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Usa datos reales del comportamiento, no solo demográficos.
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Menciona situaciones concretas que viva tu audiencia.
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No abuses de la repetición: los mensajes personalizados requieren menos frecuencia.
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Evalúa el impacto con indicadores de recuerdo, no solo con clics.
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Cuida el tono emocional y evita temas demasiado sensibles si no tienes confianza.
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Refuerza con contexto social, como relaciones o historias reales.
En resumen: habla como si conocieras a la persona
Esto no es nuevo. Hace años, cuando empecé a trabajar con directivos en procesos de cambio organizativo, me di cuenta de algo: si hablas en abstracto, desconectan. Pero si les dices: “Juan, cuando el equipo no te entiende, baja el rendimiento del área logística un 18%”, ahí es donde empieza el cambio.
Y eso, ahora, lo avala la ciencia.
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Muy buen artículo!!! Muy útil, muchas gracias!
ResponderEliminar¡Gracias por leerme! Si te interesa algún tema en particular dímelo
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