Consejos de un Consultor, nº6: El frasco y el tiempo
No hacía más que repetirse que no tenía tiempo para nada. El agobio y el estrés estaban haciendo mella en su ánimo. Su familia y sus amigos eran cada vez menos familia y menos amigos.
Hacía
años que había dedicado toda su energía al trabajo y desarrollo profesional y
había logrado muchas cosas, pero tenía la sensación de que el precio que estaba
pagando era muy caro.
En realidad, no se acordaba ya si lo había hecho alguna vez, pero ese día decidió detener un poco la máquina de la rutina y las urgencias. La aparcó a las 10 de la mañana, un jueves. Pero al contrario de otras veces, muy pocas, por cierto, donde esto podría haber significado dormir, ver televisión o una película, decidió pensar. Así fue como comenzaron a cambiar muchas cosas en su vida.
La casualidad, el destino o simplemente el azar quisieron ayudarle. Se fue a
caminar por la ciudad, haciendo un gran esfuerzo para no pensar en temas de su
trabajo. Apagó el móvil y evitó las zonas donde habitualmente se pudiera
encontrar con gente que le obligara a subir a la máquina de la que se había
alejado.
Aunque sin saber muy bien por cuánto tiempo o para qué. De pronto se encontró en la plaza del barrio de su niñez, se sentó en un banco algo estropeado y dejó que fluyeran sus recuerdos. Un pequeño movimiento del banco le sacó de su ensoñación, alguien se había sentado a su lado.
- ¡Paco!
En ese abrazo quisieron saldar la deuda de casi diez años sin verse.
Llevaban ya un rato hablando y la conversación comenzó a ahondar en los sentimientos, las emociones, la vida más profunda.
- Paco, te veo tranquilo, sin agobios de
tiempo como tengo yo ¿cómo haces? dijo Miguel entre admiración y curiosidad.
-Ven te enseñaré algo, vivo aquí cerca, acompáñame.
- No, yo cambié las cosas, el frasco sólo me ayudó a entender algo simple y
fundamental.
- Hace unos cinco años, agobiado por el trabajo, las urgencias y los problemas
de tiempo, tal como me cuentas que estás tú ahora, un día se me ocurrió entrar
en una librería, un hábito que tenía ya olvidado, y hojeando un libro encontré
una breve historia sobre el tiempo.
- Pensé largo tiempo sobre esta historia-continuó Paco- y finalmente me pregunté ¿cuáles son mis prioridades, que debo poner primero ¿cuáles son mis objetivos, los tengo claros o me dejo llevar por las circunstancias?
Así es que
decidí intentar todos los días poner primero todas aquellas actividades que me
acercaran a mis metas.
- Sí, pero antes hay una tarea
fundamental, lo primero es el orden de los valores sobre los que se asentarán
las metas. Qué va primero ¿la familia? ¿los amigos? ¿el desarrollo como
persona? ¿otros? Y qué va segundo, y tercero…
-Algo así como un plan de vida ¿no?
- Exactamente, es así como salimos de ese hábito de hacer y hacer, sin saber
bien para qué lo hacemos.
Esta historia ocurrió hace algunos años, hoy Miguel también tiene un frasco
en la mesa de su oficina. Y lo más importante es que está recuperando a Paco y
a otros muchos amigos, a sus hijos, a su esposa, su tiempo y su paz.
De mi libro: 62 Consejos de un Consultor. Lo puedes encontrar en Amazon haciendo clic aquí:
62 CONSEJOS PRÁCTICOS DE UN CONSULTOR
Comentarios
Publicar un comentario
¡Gracias por tus comentarios!