Neurogastronomía: ¿Sabías que el sabor también tiene color y forma?
¿El color y la forma de un producto puedan influir en el sabor? ¿Qué dice la Neurogastromía?
Imagínate una tableta de chocolate con un envase de color negro y letras doradas mostrando una imagen de un cacao cremoso cayendo delicadamente. En cuanto la ves, invariablemente tus papilas gustativas anticiparán una experiencia audaz y emocionante. Ahora, imagina ese mismo chocolate en un envase sencillo, sin imágenes y con letras comunes. De repente, tus expectativas cambiarán y el sabor que evocas te parecerá más apagado, menos sutil o incluso hasta regular.
En este artículo te descubro cómo y por qué la apariencia de un producto puede desempeñar un papel tentador en el delicioso baile de sabores en tu paladar.
¿Qué es la Neurogastronomía?
La neurogastronomía es una disciplina que estudia cómo el cerebro crea la percepción del sabor y cómo esta percepción afecta la experiencia alimentaria. Combina conocimientos de neurociencia, psicología, biología, gastronomía y nutrición para entender cómo los sentidos (gusto, olfato, vista, oído y tacto) interactúan y se integran en el cerebro para formar la experiencia completa del sabor y la comida.
Algunos aspectos clave de la neurogastronomía incluyen:
- Percepción multisensorial: Cómo los diferentes sentidos contribuyen a la percepción del sabor y cómo interactúan entre sí.
- Influencia del cerebro: Cómo el cerebro procesa y modula la información sensorial relacionada con la comida, incluyendo factores emocionales y cognitivos.
- Aplicaciones prácticas: Uso de este conocimiento para mejorar la experiencia gastronómica, desarrollar dietas más saludables, y diseñar alimentos para personas con restricciones dietéticas o problemas sensoriales.
Entonces, la neurogastronomía busca entender y aplicar cómo el cerebro y los sentidos colaboran para crear la experiencia de comer y disfrutar la comida.
El legendario experimento del vino
Que el contexto influye en el gusto quedó perfectamente claro en este legendario experimento con el vino. Durante este estudio, los investigadores pidieron a un panel de vinos que describiera y calificara dos vinos: un vino blanco y un vino tinto. Para el vino blanco se les dieron términos como "fresco", "cítrico" y "floral", mientras que para el vino tinto se utilizaron los términos "chocolate", "almizcle" y "redondo". Lo habitual de las etiquetas.
Pero había truco. Resultó que el vino tinto era idéntico al vino blanco, con la única diferencia de que los investigadores habían añadido colorante alimentario sin sabor ni olor. ¿Qué "percibieron" los participantes? Pues exactamente lo que se les habían sugerido. Simplemente cambiando el color, cambiaban las expectativas gustativas y, por tanto, también la experiencia gustativa. ¡Sorprendente!
El color del sabor
Como se puede ver en el experimento anterior, ciertas expectativas y el color juega un papel importante en la configuración del sabor de los productos. Sin embargo, la influencia del color en el gusto va más allá. Por ejemplo, se ha demostrado que el color rosa aumenta la percepción de dulzura, mientras que el verde no tiene ningún efecto. Además, se descubrió que la cerveza de color oscuro mejoraba la percepción del amargor, mientras que la cerveza de color claro aumentaba la percepción de frescor.
Pero eso no es todo, la saturación de los colores también puede alterar el sabor. Los colores más saturados se asocian con algo intenso, sabroso, mientras que los colores menos saturados se asocian con la salud. Si las marcas quieren asociar el producto a la salud usarán colores suaves, no saturados. Mientras si la intención es resaltar el sabor intenso harán lo contrario: colores vivos, de alta saturación. O si no, ¿cómo chirriaría en tu cerebro un envase de color azul para algo que te dice que es picante?
La forma del sabor
Te parecerá increíble, pero la forma afecta el sabor. La prueba está en algo que le sucedión a Cadbury. Hace años se les ocurrió hacer las esquinas de sus barras de chocolate redondas en lugar de las tradicionales angulares. Con esta decisión se ahorraba un 4% de chocolate en cada barra. Sin embargo, después de cambiar la forma, comenzaron a llegar quejas. Los clientes leales a la marca se sintieron decepcionados porque decían que las barras de chocolate ahora sabián mucho más cremosas que antes, algo que no les gustó. ¡Aunque no habían ajustado la receta!
Sorprendentemente, las formas de las barras de chocolate influyeron en la percepción de cremosidad. Este concepto se puede aplicar no sólo a los productos en sí, sino también a los envases. Por ejemplo, el yogur en un envase de forma redonda será percibido como de un sabor más cremoso que en un envase de forma angular.
También, las formas redondeadas se asocian con la dulzura, lo que a su vez puede hacer que la percepción del sabor sea un poco más dulce. La próxima vez que entres en una tienda, presta atención al departamento de dulces. Las marcas inteligentes utilizarán formas redondeadas para los dulces y de forma angular para sus homólogos amargos.
Ya sabes, si quieres que tu producto se perciba como más dulce, utiliza color rosa y formas redondeadas.
Los detalles son la clave
A través de estos ejemplos, como de muchos otros, podemos concluir que el sabor es subjetivo y puede verse alterado por muchos factores. En este artículo de neurogastronomía solo hemos visto la forma y el color, pero hay más casos en los que el sabor se ve influenciado por factores externos, incluso hasta por el sonido.
En neuromarketing y en este caso especialmente la Neurogastronomía, es importante prestar atención a los detalles más pequeños, incluida la forma del producto, la forma del envase y su diseño, ya que todo contribuirá al sabor de su producto.
En resumen
- La Neurogastronomía nos dice que la percepción del gusto no se trata únicamente de los sabores intrínsecos de un producto; los factores externos como el color, la forma y el empaque pueden alterar significativamente la forma en que percibimos el sabor.
- El color juega un papel importante en la configuración de la percepción del gusto. Los diferentes colores pueden evocar expectativas de sabor específicas. Además, la forma de un producto, ya sea el producto en sí o su embalaje, también puede influir en la percepción del gusto.
- Prestar atención a estos detalles sutiles, como el diseño del producto y del empaque, es esencial para un especialista en marketing o gastronomía. Todos contribuyen a la experiencia de sabor general de su producto.
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